30.1.06

El corcel indomable


Nació de la unión entre el viento y el mar, hijo de la brisa y nieto de un vendaval. Su padre era el viento, su madre era el mar.
Creció en libertad, fue feliz mientras hubieron praderas por las que trotar y pastos en los que alimentarse.
Pero llegó un día en el que por un momento el cielo se oscureció, los pájaros hulleron del viento que amenazaba temporal. De pronto, apareció a lo lejos una hermosa yegua, libre como él. Era la yegua más hermosa que él jamás hubiera visto por esos prados. Era revolucionadora de los elementos, provocó lluvias que fecundizaron las tierras donde vivían.
Corrieron en libertad, conduciendo a sus semejantes por los mejores pastos que habían por los alrededores. Estuvieron protegidos por el viento y el mar.
Pero llegó un día en el que apareció un ser maligno que empezó a contaminar las aguas de los ríos, y con ello las de los mares. Empezó a ensuciar el aire con los humos de sus fábricas, también comenzó a talar los bosques y a capturar corceles para que trabajasen para él o para su diversión.
Pasaron los años, y nadie supo nada más del corcel indomable y de su amada yegua.

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